sábado, 28 de agosto de 2010

En memoria de Galo Martínez, periodista comprometido con su tiempo


Hace pocos días el Concejo Deliberante de Viedma sancionó, con voto unánime, la ordenanza que le impone al salón de usos múltiples del barrio Santa Clara el nombre de Gabriel “Galo” Martínez, conocido periodista fallecido en diciembre pasado. El objeto de esta crónica es rendirle homenaje y, fundamentalmente, documentar para la posteridad algunos aspectos de su intensa trayectoria.

Galo Martínez nació en Maquinchao el 30 de septiembre de 1932 y murió en Viedma, el 16 de diciembre de 2009. Durante sus 77 años practicó distintos oficios. Tenía el glorioso título de Maestro Normal Nacional, (de aquella ilustre Escuela Normal Mixta de Viedma); pero también trabajó de camionero en Buenos Aires, para costearse sus estudios parciales de abogacía; fue profesor de natación; director técnico de fútbol en el club de sus amores, Villa Congreso; y esencialmente fue un comunicador, un difusor de cultura y conocimientos, comentarista amigo de la polémica, analista de la realidad, protagonista comprometido en su tiempo.
Se transcriben seguidamente algunos fragmentos de los fundamentos de la ordenanza antes mencionada y de una entrevista que el colega Luciano Videla le hizo a Galo, para la efímera revista quincenal “Nosotros” en noviembre de 2002.
Aquel relator deportivo
Comenzó su oficio de periodista en 1963 en Viedma. Tuvo una destacada actuación como periodista deportivo desde los micrófonos de la histórica LU 15 de Viedma; emisora en la que se desempeñó unos 30 años. Realizó incluso transmisiones desde el exterior, de países de Latinoamérica y Europa, con distintos acontecimientos deportivos de importancia, fundamentalmente automovilísticos. Durante toda su trayectoria hizo distintos programas de interés general, con un fuerte acento no sólo en el deporte sino también en los temas políticos, tanto en radio, como en gráfica y televisión.
Fue uno de los fundadores del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Viedma y además se desempeñó también en los diarios La Voz Rionegrina y Río Negro, el periódico La Calle y el viejo canal 2 y el posterior canal 3, en el edificio de Mitre 919.
Su adhesión al Partido Comunista se tradujo en una pública militancia y compromiso con los dirigentes y candidatos de esta agrupación, así como su permanente respaldo a causas solidarias y reclamos de justicia por distintos temas. Por su militancia comunista y sus juicios certeros y a veces irreverentes, en algunas oportunidades conoció la cárcel.
En una de sus últimas apariciones públicas, (mediados del año 2009) defendió la figura del piloto Basilio Villarino en el Concejo Deliberante, oponiéndose al cambio de ese nombre de un tramo de la avenida costanera por el del ex presidente Raúl Alfonsín. Proponía en cambio que un tramo de la avenida Basilio Villarino debía llamarse Cacique Chanel o Cacique Negro, quien en nombre de los indígenas del este rionegrino cedió el lugar para que Don Francisco de Viedma y Basilio Villarino fundaran Viedma y El Carmen.
El deportista
También fue un recordado deportista, un destacado nadador y promotor tanto de los deportes náuticos como del boxeo. Todavía se recuerda que en la famosa Quinta de Mau en Patagones, enseñaba natación a los chicos en un viejo tanque australiano, junto a uno de sus hermanos.
El motivo de este proyecto es destacar su trabajo y trayectoria deportiva en nuestra ciudad. Desde su adolescencia se sintió atraído por la practica de varias disciplinas como el fútbol, la natación y el basquetbol, todas ellas dentro del Club Villa Congreso, que institucionalmente lo contó integrando las Comisiones Directivas de los años 1960 y 1961, las subcomisiones de Futbol en el año 1961 y de Básquetbol en los años 1950 y 1959.
En fútbol integró los equipos de primera división en distintos años, incluyendo el del año 1951 que se consagró campeón de la Liga Rionegrina. Después de dejar la práctica activa del fútbol, fue Director Técnico de los primeros equipos del Club en distintas oportunidades, con muy buenos resultados.
En basquetbol se inscribió como jugador en el año 1944, habiendo participado en dicha disciplina por muy poco tiempo y en cuanto el Club dispuso no presentar equipos por razones de fuerza mayor. Al reimplantar Villa Congreso la practica activa del basquetbol el día 24 de mayo de 1949, se reinscribieron todos los jugadores que durante el lapso de cuatro años habían emigrado a otras instituciones, y entre ellos estaba Galo Martínez que en 1950 registró su firma para Villa Congreso. A partir de entonces tuvo su participación en el deporte de los cestos”. (Hasta aquí una parte del documento del Concejo Deliberante de Viedma)
Pionero de la radio
Lo que sigue son palabras de Galo Martínez en la nota del desaparecido quincenario. “Por ese tiempo (comienzos de los ’60), apareció la idea de instalar una radio en Viedma y eso me fue arraigando nuevamente. Ya tenía alguna mínima experiencia de periodismo, pero de un periodismo partidario. Había trabajado en el periódico de la Juventud Comunista y en el diario La Hora, que publicaba el PC en Buenos Aires.
Cuando volví también escribí algo para un periódico que sacaba Remo Costanzo, “La Voz del Sud”, y para otras publicaciones, pero era para despuntar el vicio. Por entonces conocí a quien considero el verdadero pionero de la radiodifusión en Viedma, Raimundo Ruggeri.
Con Ruggeri y con la colaboración de un señor que era radioaficionado, Reyes Romero, sacamos una radio que era clandestina, una emisión para lo que se llamaba la vuelta al perro en la calle Buenos Aires. Se llamó Radio de Publicidad Regional. Se incorporó también Oscar Liccardi, y en el informativo, estaban Raimundo y Reyes Romero. Pero esto duró sólo dos meses, porque la policía recibió la orden de allanar e incautar todo. Un juez federal de entonces nos avisó a tiempo y terminó el primer intento de radio en Viedma”.
“Ya estaba en perspectiva el llamado a licitación para emisoras de radio de baja potencia. Una de ellas era Viedma. El presidente de la República era José María Guido, que era de acá, y allí se decidió iniciar todas las gestiones como para presentarse a licitación.
Se formó la sociedad incorporando a Nicolás Destéfanis, que entendía bastante de todo lo relacionado con radio, y yo quedé al margen. No me gusta recordar mucho aquello, quedé al margen simplemente porque mis socios me pidieron no aparecer en el llamado a licitación por una cuestión ideológica y porque además, cuando comenzó todo esto hubo gestiones ante los socios para que yo no apareciera. Y entre los que gestionaron la no aparición mía en todo esto estaban el obispo de entonces (José Borgatti) y el gobernador de la provincia, Edgardo Castello.
En consecuencia, yo no figuré para nada, tampoco estuve en última instancia en la sociedad, pero sí comencé a trabajar como periodista. Comienzo entonces a vivir del periodismo.
En el comienzo de LU 15 en la parte periodística estaban Carlos Taborda, Edgardo Abrameto y luego se incorporó Antonio Francioni. Los primeros locutores eran Edgardo Bournisen, Zoilo Kucich y Genaro Olivera, que había sido locutor en Radio Rivadavia. Las mujeres eran Mirta Liccardi de Gallo, y Dora Castro, que es mi esposa, mi novia en ese entonces. Pocos meses después se incorporó Alicia Rocha.
En 1967 me incorporé al diario Voz Rionegrina que recién aparecía. Después llegó el trabajo en televisión, cuando entre en Televiedma Canal 2 ya hacía periodismo de opinión. Más tarde entré al diario Río Negro, en deportes.”
El primer diario viedmense
“Voz Rionegrina fue la iniciativa de un grupo muy ligado a la Democracia Cristiana, que se había fundado por entonces. La familia De Rege, y otros sectores de la DC, como Néstor Miguel forman una sociedad. Creo que fue el segundo diario en el país con sistema offset. Allí entre otros trabajaron Omar Livigni y Jorge Colás. Pero en los primeros años de la década del 70 dejó de salir”.
Los autos, una pasión
“Esa era una época de intensa actividad automóvil En Viedma había un circuito permanente, en el que se corría siempre. Hubo una competencia que se corría en ese lugar un domingo y el sábado tuvimos que poner un aviso en la radio diciéndoles a los comerciantes de Viedma y Patagones que no había más lugar para publicidad. Pero también seguíamos a los equipos locales de fútbol por la provincia y toda la Patagonia. He ido a relatar partidos a Trelew, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, La Pampa, Río Gallegos. Cuando en Fórmula Uno corría (Carlos) Reutemann, llegamos a transmitir los grandes premios de Buenos Aires y de Brasil y en una oportunidad sumamos a eso las carreras de España y Mónaco. Fuimos a Europa con Tomás Gurmandi y Jorge Romero; el comentarista era Osvaldo Ochoa, de “Ojo en la Ruta” de LU 2 Bahía Blanca, Daniel Fridkin era el locutor y yo el relator. Además fue Eber Ochoa, hermano de Osvaldo, que transmitía desde boxes”
Gran amigo del río
En aquella entrevista, hacia fines de 2002, Galo anunciaba que en el mes de enero siguiente estaría realizando su vigésimo quinta transmisión radial de la Regata del Río Negro. Todo lo relacionado con el río fue motivo de prédica para Gabriel Martínez. Lo conoció como pocos, desde la confluencia hasta la desembocadura, ya sea por sus recorridas juveniles como por la posterior actividad de relator radial. También fue impulsor de la natación de aguas abiertas y de las pruebas de saltos ornamentales, dos actividades que con verdadera satisfacción vio realizadas, en sus últimos años, en el Festival La Patagones Viedma, organizado por la Fundación Noticias.
Nunca olvidó a su sureño pueblo natal (adónde volvía cada vez que podía) y uno de los grandes gustos que pudo darse, en octubre de 2007, fue presentar su libro “Maquinchao, hilvanando recuerdos” con una serie de relatos cálidos y nostálgicos, presentados “como una charla de amigos”. Galo Martínez tuvo una intensa vida, como protagonista y testigo comprometido de su tiempo, que su recuerdo no se pierda en el ingrato olvido colectivo.