sábado, 26 de diciembre de 2009

Guardia Mitre, un pueblo, su historia de casi un siglo y medio; y sus personajes

Un rincón del norte de la Patagonia en donde el pasado está presente en antiguas construcciones que rodean la plaza del casco viejo (foto de arriba); la historia de Guardia Mitre fue recopilada por una de sus hijas ilustres: Ema Nozzi (foto de abajo). Guardia Mitre, ese pueblo que es el hijo menor de Carmen de Patagones, es un sitio donde el tiempo parece detenido, al menos en su pintoresco casco viejo. Que haya cumplido 147 años de existencia es una buena excusa para trazar una crónica sobre sus antecedentes, algunos de sus habitantes nativos o adoptivos, su geografía y atractivos paisajísticos.

La mejor información histórica que se puede encontrar, acerca de Guardia Mitre, lleva la firma de una hija de la localidad: Emma Nozzi. El 1 de noviembre de 1917 había nacido Emmita en Guardia Mitre, donde su padre italiano e idóneo de farmacia se instaló en los primeros años del siglo 20 para desarrollar su profesión. Este no es un dato menor, pues revela que en aquellos tiempos la localidad pasaba por tiempos de crecimiento y esplendor.
Emma cursó en Viedma sus estudios de maestra normal; después ya recibida, en 1928, entró a trabajar en la escuela primaria número 8 de Patagones y en 1951 se convirtió en parte del grupo fundador del museo que hoy lleva su nombre.
Una valiosa publicación
En diciembre de 1962 Guardia Mitre cumplió 100 años y Emma Nozzi editó, con el respaldo de la Municipalidad de Patagones, la primera de una serie de publicaciones del Museo Histórico Regional Municipal “Francisco de Viedma”. El título del opúsculo de 27 páginas es “Carmen de Patagones y la Guardia General Mitre”, y es una fuente de consulta imprescindible para conocer la historia de esa población. Emma le dedicó seguramente muchas horas y esfuerzo a la investigación, comprometida con la noble causa de darle exacta difusión a los antecedentes fundacionales de su pueblo natal y, también, porque no siendo una historiadora académica, sabía que su primer trabajo escrito sería severamente escudriñado por los doctos de la materia. En la opinión de este cronista el resultado del empeño de Emma Nozzi dio sus resultados, pues desde entonces sus aportes a la historiografía regional han sido y siguen siendo citados por los especialistas más renombrados.
En la introducción Emma relata las gestiones de parte del coronel Julián Murga, jefe del fuerte de Patagones, para que se autorice la instalación de un nuevo asiento militar hacia el oeste, sobre la ribera norte del río, para proteger a la población contra posibles malones. Después establece la fecha del 16 de diciembre de 1862 como la fundación del pueblo. Vemos que el jefe del fortín Invencible (más cercano a Patagones) dejó constancia, el 15 de diciembre: “esta mañana como a las seis se puso en marcha la fuerza en dirección a la China Muerta y me he quedado en este fortín solo pues lo dos individuos que me dejaron son absolutamente inútiles…” y agrega nuestra historiadora: “podemos afirmar que la fuerza destacada para realizar la fundación de la nueva guardia se concentró en el Invencible”. Después, en base a documentos del archivo del Ejército asegura que “sin mediar inconvenientes la fuerza del Capitán Bejarano (que salió del fuerte anterior) habría llegado a la zona de China Muerta, lugar elegido para la fundación, al atardecer del 15 de diciembre de 1862, no disponiendo de luz para realizar reconocimientos de detalles para elegir el lugar definitivo de la guardia (y) en consecuencia considero que la fecha probable de la fundación debe haber sido el 16 de diciembre de 1862...” En las páginas siguientes Nozzi describe con lujo de detalles la instalación del nuevo fuerte y prolonga su recopilación hasta agosto de 1899.
Un canal de sueños y los galeses
Pero la historia original de Guardia Mitre no se limita al emplazamiento militar como avanzada defensiva ante el eventual peligro del ataque indígena. También se relaciona con el aprovechamiento del recurso hídrico para la producción agrícola. El ingeniero Osvaldo Casamiquela, en su magnifico libro ”El riego en la provincia de Río Negro; auge, crisis y futuro” señala que hacia 1865 la empresa Aguirre y Murga inició la construcción del “canal de los sanjuaninos” (por el origen de los operarios contratados para tal finalidad) que se constituye, nada menos, en el primer antecedente de un canal de riego en tierras rionegrinas ¡20 años antes que el “Canal de los Milicos” de Fisque Menuco (luego General Roca)!.
Apunta el especialista citado que “su boca toma libre se encontraba un kilómetro aguas abajo del punto conocido como Boca de la Travesía o Bajada del Turco, sobre la margen izquierda del río Negro; el canal se extendía hacia el este a lo largo de 50 kilómetros de un angosto valle al pie de la banda norte. En su trazado unía, por razones económicas y menor esfuerzo, diversas lagunas, aprovechado zanjones; y descargaba en las tierras del campo China Muerta luego de cruzar por el sur del pueblo de Guardia Mitre. Hoy, entre éste y el pueblo viejo, quedan restos, y su largo recorrido se visualiza en fotografías aéreas”.
Por ese mismo tiempo, en 1867, el galés John Jones, que formaba parte de la colonia de ese origen británico afincada en el valle del río Chubut en julio de 1865, decidió buscar tierras feraces para instalarse con su familia. Seguramente tentado por algún ofrecimiento de la misma firma Aguirre y Murga llegó a Boca de la Travesía y allí se instaló. La historia de este emprendimiento es apasionante, con sus marchas y contramarchas, y ocupará próximamente un artículo de esta serie.
Otro antecedente histórico singular que se vincula con Guardia Mitre es el del tan mentado Proyecto Wauters (lleva el nombre del ingeniero Carlos Wauters, contratado por la Legislatura de Buenos Aires en 1906) que pretendía trazar un canal navegable desde la misma Bajada del Turco hasta Bahía San Blas para regar un total de 375 mil hectáreas (45.000 en el valle de Guardia Mitre-China Muerta) entre los estados rionegrino y bonaerense.
Aquellos canales, el de los sanjuaninos (que se borró por el desuso) y el Wauters (que nunca se hizo, cajoneado por oscuros intereses) quedaron en la historia trunca de Guardia Mitre.
El amigo de Einstein
En el inventario y memoria colectiva del pueblo hay varias referencias muy especiales. Hacia 1912 se radicó en una isla sobre el río Negro don Jaime Estanislao Mulhall y Eborall, hijo del magnate irlandés fundador del diario en inglés “The Standard” y pionero de San Blas. Jaime era matemático, autor de un libro que hasta no hace muchos años de usaba como texto de la Universidad de Buenos Aires, amigo personal del sabio Albert Einstein con quien mantenía correspondencia. Aquí, en la isla que bautizó con su apellido, conformó una nueva familia, tras el frustrado matrimonio con una dama de la alta sociedad porteña, y se dedicó a las observaciones meteorológicas. (Ya se publicó en “Perfiles y Postales”, el 21 de junio de este año, la historia de vida de su hija Elsa Adela Mulhall de Torno, conocida médica local).
El periodista inquieto
Más o menos para la misma época, año 1911 para ser precisos, se afincó en Guardia Mitre (por entonces Coronel Pringles) el italiano Juan Bautista Campastro, que se dedicó a la producción de miel y hortalizas, fue juez de Paz y fundó un periódico quincenal “El Imparcial” en 1932. La familia Zingoni es descendiente de aquel periodista inquieto y fue uno de sus nietos, Angel “Cholito” Zingoni, quien en ejercicio de la intendencia municipal de la localidad, en 1985, le impuso su merecido nombre a la biblioteca popular. (Otra nota de este año, del 7 de junio, se refiere extensamente a la figura de Campastro).
La rubia despampanante
La reseña sobre las personalidades públicas surgidas de Guardia Mitre no puede estar completa sin mencionar a Libertad María de los Angeles Vichich, nacida en el paraje China Muerta en 1938 y muy popular hacia fines de la década de los años 60 bajo el nombre artístico de Libertad Leblanc, actriz del cine erótico que hoy sería caracterizado como “bizarro”. La pulposa muchacha (asegura que todo era de ella, en tiempos en que no se usaban las siliconas) se fue del pago siendo niña y no se recuerda que haya vuelto alguna vez. En una entrevista, hace cinco años, dijo a un periodista capitalino que no sabía si todavía existía el pueblito en donde nació. Hace un par de semanas alguien tuvo la ocurrencia de convocarla en Buenos Aires para entregarle el pretencioso título de “Rionegrina Ilustre”, pero faltó a la cita (menos mal).
Un bello y sugestivo paisaje
El paseo desde Viedma hacia Guardia Mitre, transitando por la ruta nacional 250 hasta la altura del paraje Sauce Blanco para cruzar el río en la balsa de maroma que administra Viarse, permite descubrir un paisaje natural sin contaminación. Mientras la balsa “Alfonsina” flota suavemente cientos de pájaros de todo tipo surcan el cielo límpido y el viajero se siente trasladado en el espacio, como si estuviera a miles de kilómetros de la civilización. Un poco más adelante se llega al pueblo viejo, cuya plaza conserva un busto del general San Martín, fundido con bronce de cañones de la llamada campaña al desierto e instalado en el lugar, en 1910, por el gobernador del Territorio Nacional, Carlos Gallardo. Y más allá , hacia La Cuchilla, se encuentra el edificio histórico de la escuela primaria, construido también hacia 1912 por impulso de Gallardo, que es gemelo al de la escuela 2 vieja de Viedma y un establecimiento primario de Buena Parada, cerca de Río Colorado. Las añosas casonas en ruinas, el portal de lo que fue el colegio de María Auxiliadora y la cercanía del cuidado balneario le dan al conjunto una belleza nostálgica y particular. Por otra parte, previo contacto al 02920 15498954, se puede visitar el coto de caza de la Isla Mulhall. En suma: es una excursión de pocos kilómetros, que permite el contacto con la naturaleza y la historia.



martes, 8 de diciembre de 2009

La ampliación del Museo Histórico de Patagones, un gran trabajo de restauración

En la foto superior la flamante ampliación del Museo Histórico Regional "Emma Nozzi" de Carmen de Patagones, abajo esa misma construcción en 1905, antes de sucesivos retoques y de la ruina posterior, de la que acaba de ser rescatada. En la crónica que sigue están todos los detalles de esta historia adentro de la misma historia.
Se renueva el orgullo de Carmen de Patagones. Desde 1988 el Museo Histórico Regional funciona en una casona enteramente reciclada por el Banco de la Provincia de Buenos Aires; y ahora acaba de inaugurarse una ampliación, en otra antigua vivienda y casa de comercio totalmente reconstruida, con la fachada similar al aspecto que presentaba hace más de 100 años.

No existe otro lugar, en nuestro país, donde la acción del Estado, a través de la conjunción de intereses de los gobiernos municipal y provincial, haya producido un hecho de esta importancia. El Museo Histórico Regional de Carmen de Patagones cuenta con una infraestructura edilicia de carácter singular, donde confluyeron adecuados criterios de preservación y conservación del patrimonio arquitectónico, y una visión actualizada sobre la proyección cultural para una entidad de esa naturaleza.
Todo esto merced a una entidad financiera, el Banco de la Provincia de Buenos Aires, que en respuesta a los lineamientos de su gobierno provincial invierte en cultura, y apuesta al futuro con el rescate de la identidad del pueblo de Patagones.
En una esquina toda la historia
En estas mismas páginas de Noticias de la Costa el domingo 16 de noviembre de 2008 se publicó el artículo titulado “En una esquina del puerto de Patagones, donde se cruzaron todos los destinos, hoy funciona el museo Emma Nozzi”.
Este cronista escribió, aquella vez, que “Hoy es la intersección de las calles Juan José Biedma y Pasaje del Muelle, y allí encontramos la sede del Museo Histórico Regional “Emma Nozzi”, de Carmen de Patagones. Pero los archivos delatan otros usos anteriores: capilla, colegio religioso, sucursal bancaria, carpintería, bar, almacén, escritorio de una firma saladera y pensión. Todos los destinos se cruzan en esa esquina.
Toda la historia de Patagones, la síntesis de sus etapas de bonanza y decadencia económica y por lo tanto social, los vestigios de las primeras acciones evangelizadoras hacia la Patagonia, y seguramente cientos de episodios de la vida cotidiana, que sería imposible clasificar, han ocurrido en esa esquina. El sitio es, desde el año 1988 la casa del museo de Patagones y fue allí donde la querida e inolvidable Emma Nozzi, su fundadora, transcurrió los últimos 12 años de su vida en fructífera labor.”
Ha pasado poco más de un año. El memorable acto del día 2 de diciembre da lugar a una nota de contenido similar, agregando ahora las referencias sobre la denominada “Casa Cagliero”, que corresponde a la ampliación que acaba de anexarse al museo Nozzi. Los datos fueron tomados de la alocución del profesor Jorge Bustos, director de la entidad histórica; de un folleto editado por la misma institución; y de testimonios de dos memorioso vecinos, descendientes de itálicos inmigrantes que ocuparon hace un siglo esas construcciones recuperadas actualmente.
Lazaristas, salesianos y el banco
La casa de la esquina, que había pertenecido a la firma comercial naviera y agrícola Aguirre y Murga, y la otra contigua, fueron compradas en 1877 por el sacerdote Emilio Savino, misionero de los Lazaristas, quien con el respaldo de arzobispo de Buenos Aires, monseñor Federico Aneiros, intentó organizar un colegio religioso e iniciar la evangelización de los indígenas. Tras el fracaso de este proyecto las dos propiedades pasaron a los sacerdotes salesianos, encabezados por monseñor José Fagnano.
En 1884 llegó a Carmen de Patagones un enviado del Banco de la Provincia de Buenos Aires, don Martiniano Sánchez.
“Era un momento en el que Patagones explotaba económicamente, con una amplia zona de producción a su servicio. Fue entonces cuando el Banco vio que Patagones precisaba una sucursal, porque había que viajar hasta Bahía Blanca en La Galera de Mora, durante tres días, para poder ir a hacer un depósito bancario; y por iniciativa de don Pedro Luro se creó la sucursal. Pero no se conseguía casa, porque era un momento de fuerte demanda y especulación inmobiliaria en la población. Entonces don José Fagnano, que era rápido para los negocios, dijo :saco todas mis cosas de acá y le alquilamos esta casa al Banco; porque sabía que Patagones no se podía quedar sin sucursal bancaria”; sostuvo Bustos, al hablar en el acto de inauguración de la ampliación.
Entre 1884 y 1889 el Banco de la provincia funcionó en la casa de la esquina de las calles Roca y Dr. Baraja (hoy Biedma y Pasaje del Muelle); mientras que la contigua fue vendida a don Francisco Arró (el fundador de las aguas corrientes en Patagones) y poco más tarde, nuevamente en poder de los salesianos a partir de 1885, fue morada para el obispo Juan Cagliero, que acababa de llegar para fundar la obra de Don Bosco en la Patagonia.
En 1889 la misión salesiana se mudó a Viedma y en esa casona se instaló el almacén de ramos generales del inmigrante italiano Belisario Lavorartuonovo, que recién llegaba a Patagones. En la esquina, tras el cierre de la sucursal del Banco Provincia, consecuencia de la crisis de 1894, se instaló el Banco de la Nación Argentina, hasta la inundación de 1899. La crecida de las aguas arrasó con las dos construcciones que estamos observando a través del paso de los tiempos.
Nuevo siglo, pleno impulso
Los dos locales fueron reconstruidos y la intensa vida portuaria de los primeros años del siglo 20 favoreció las actividades mercantiles. En la esquina abrió su taller la carpintería de José Melluso, que había llegado en 1899, dejando en Italia a su esposa, Francisca Parisi, y un pequeño hijo. Estuvo allí hasta 1928, y en el ínterin también se instalaron en otros espacios del salón, la sastrería de Juan Patané, y la oficina de fletes (en carro a caballo, por supuesto) de Catellani.
En la casa de al lado Lavoratornuovo progresaba con su local, hasta que la muerte lo sorprendió en 1905. Al frente del negocio, que entre otros rubros importantes tenía la representación de la cerveza Pilsen, siguió su segunda esposa Emilia Ferrari con sus hijos. En 1930 el fracaso de un emprendimiento agrícola por parte de uno de sus vástagos, Alfredo, llevó a la firma comercial a la ruina, y sobrevino más tarde el remate judicial del inmueble. Lo compró Argentino Di Luca e instaló una fonda.
En la esquina, en tanto, después que Melluso se mudó a la calle Paraguay (donde hoy está el gimnasio de María Auxiliadora) comenzó una sucesión de comercios de corta duración, almacenes y despachos de bebidas, de distintas firmas.
El abandono, desde los 50
“El puerto de Patagones comenzó a declinar en los años 40, primero con la clausura de los embarques de ultramar y después con la suspensión de la flota que navegaba aguas arriba, hubo una breve época de recuperación con la industria del cazón a fines de esa década, y finalmente el abandono se apropió del sitio” reseñó Bustos.
Durante tres décadas la zona del puerto de Patagones sólo cobijó inquilinatos y conventillos, los muelles se deterioraron, los locales comerciales otrora bulliciosos en una especie de torre de Babel donde se hablaban varios idiomas quedaron en el silencio de la frustración.
Fue a partir de 1986 cuando el perfil de la zona empezó a cambiar, con la recuperación de la casona de la esquina y la posterior mudanza del Museo Histórico Regional, que hasta entonces pertenecía a la Municipalidad y funcionaba en un la planta baja de la sede comunal, sobre calle 7 de Marzo.
Las obras de recuperación de la costa, por cuenta de la Municipalidad y la AIC; la pavimentación e iluminación con pintorescas farolas en tiempos del intendente Magdaleno
Ramos; y el impulso a la revalorización del patrimonio histórico en la gestión iniciada por Ricardo Curetti hace 10 años le cambiaron el perfil a la zona.El camino iniciado por Emma Nozzi (Bustos recordó que llegó a pagar con sus ahorros el alquiler de la Casa Cagliero, mientras se esperaba que el Banco la comprara) se abonó también con el apoyo del arquitecto Alberto De Paula, desde de la dirección del Archivo y Museo Arturo Jauretche del Banco Provincia primero, y en la presidencia de la Comisión de Lugares y Monumentos Históricos después. Fue el logro de su gestión, en el 2003, la declaratoria de Monumentos y Sitios Históricos para varios lugares del Casco Antiguo de Carmen de Patagones.
El orgullo, ahora
Como decía al principio este cronista. La reciente inauguración de las instalaciones recicladas de la casa contigua a la sede principal del Museo Emma Nozzi renueva el orgullo que todos los habitantes de la zona debemos sentir por esta institución y su magnífico edificio. Se cumplirán, dentro de pocos días, diez años de la desaparición física de la inolvidable Emma Nozzi. Esta obra tiene la huella de su estilo.
(Para esta nota prestaron su amable colaboración Edgardo “Petty” Melluso y Alfredo Lavoratornuovo, nietos de José y Belisario, aquellos inmigrantes que tanto trabajo y pasión pusieron en la calle Roca, hace más de un siglo.)