viernes, 19 de diciembre de 2008

Cierra el año del Cincuentenario de la Gobernación de Río Negro


En el transcurso de este año 2008, a punto de culminar, se cumplió el cincuentenario de la puesta en marcha del primer Gobierno Constitucional de la Provincia de Río Negro. Aquel 1 de mayo de 1958 (foto superior) el abogado viedmense Edgardo Castello (foto inferior) asumió al frente del Poder Ejecutivo e inició la formidable tarea de construir una provincia moderna.
En mayo hubo actos oficiales e institucionales de recordación, organizados por el Gobierno, la Legislatura, la Asociación Amigos de lo Nuestro y la empresa Aeropuertos Argentina 2000 (concesionaria de la estación aérea de Viedma, que lleva el nombre de Castello). Pero durante el resto del año calendario faltaron otras actividades que profundizaran la reflexión acerca del ideario de Castello y sus colaboradores.
El 31 de diciembre se cumplirán 104 años del nacimiento de aquel político visionario, correligionario, amigo personal y admirador de ese gran estadista que fue Arturo Frondizi. Esta breve evocación quiere contribuir a que no se olvide su ejemplo.
(El artículo que sigue aporta otros datos, sobre Castello y su tiempo)

1º DE MAYO DE 1958, UNA FECHA SOBRESALIENTE

El primero de mayo de 1958 el abogado Edgardo Stéfano Nazario Castello, prestó juramento ante la Legislatura y se convirtió en el primer Gobernador Constitucional de Río Negro. La emotiva ceremonia se desarrolló en la sala del teatro Argentino de Viedma, adaptada con unos pocos elementos como recinto del flamante parlamento provincial, que iniciaba su funcionamiento en esa misma jornada histórica.
Castello, que tenía 53 años de edad, fue elegido pueblo rionegrino en los primeros comicios para gobernador y legisladores desarrollados el 24 de febrero de ese mismo año, poniéndole punto final al gobierno militar de facto de la denominada Revolución Libertadora, que había derrocado al presidente Juan Domingo Perón, en septiembre de 1955.
Una ley promulgada por el propio Perón, en junio de 1955, creó la provincia de Río Negro sobre la jurisdicción del antiguo territorio nacional del mismo nombre. La enorme diferencia entre una y otra forma jurídica era la capacidad y derecho de elegir a sus propios gobernantes, que los ciudadanos rionegrinos estarían, a partir de ese momento, en condiciones de ejercer.
La caída del gobierno peronista demoró más de dos años las convocatorias para elegir convención constituyente, el funcionamiento de ese cuerpo y, finalmente, la ansiada elección del primer gobernador.
Edgardo Castello era un dirigente de antigua militancia radical, enrolado en esos tiempos en la denominada Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) que lideraba el dirigente Arturo Frondizi, quien también el 24 de febrero de 1958 resultó elegido por el voto del pueblo como Presidente de la República Argentina.
La expectativa por el inicio de una nueva etapa institucional del país, con gobierno civil; la creación de la provincia cuyas bases constitucionales habían sido sancionadas el 10 de diciembre de 1957, el prestigio sin mácula de la figura de Castello y su condición de miembro de una tradicional familia viedmense; fueron motivos suficientes para la enorme trascendencia que tuvo aquel acto del primer de mayo de 1958.

Después del solemne juramento el gobernador Castello dirigió su primer mensaje al pueblo de Río Negro. Se extraen algunos párrafos de ese discurso fundacional.
“La constante preocupación gubernamental tiene que abarcar a toda la provincia, cubriendo sin distingos todas y cada una de sus zonas, tanto las que se encuentran en la vanguardia, como las que están rezagadas en su proceso de desarrollo.
Los escollos de la distancia, los obstáculos de la extensión, los inconvenientes del aislamiento y las dificultades que presentan los precarios medios de comunicación y transporte, serán superables cuando la inquietud espiritual vaya unida a la suficiente determinación de hacer.
El gobierno debe sentirse equidistante, condición que la conducta ha de precisar; ser equilibrado, para que la gravitación de aspiraciones justas y de intereses legítimos determine su acierto; y equitativo, a fin de no caer en el defecto de las preferencias.


El centro político de la Provincia es su Capital, pero no para que alrededor de ésta gire toda aquella, sino para que el Gobierno se sienta igualmente próximo a cualquier punto de la misma”.
Hubo un largo y cerrado aplauso y tras los innumerables saludos el gobernador Castello se dirigió hacia la casa de Gobierno, acompañado en el trayecto a pie por sus colaboradores, otras autoridades oficiales y el pueblo de Viedma que celebraba con alegría los acontecimientos de aquella jornada.

Ya en la sede del Ejecutivo, en similar emplazamiento al actual, el primer mandatario de Río Negro tomó juramento y puso en funciones a los miembros de su gabinete.
En esta cuestión Castello puso en práctica su claro pensamiento integrador y distribuyó los principales cargos entre hombres con antecedentes y orígenes en las distintas regiones de la amplia geografía rionegrina.
De esta manera José Basail, de General Roca, asumió el ministerio de Gobierno; René Casamiquela, de Ingeniero Jacobacci, ocupó la cartera de Asuntos Sociales; César Argentino Obregón, de Cinco Saltos, el ministerio de Economía y Francisco Muñoz, de San Antonio Oeste, fue designado en la Secretaría General.
Otros nombramientos fueron los del docente cordobés Carlos Taborda, en la dirección de Educación y Cultura; y del médico viedmense Enrique Viglione en el Consejo de Salud Pública.

Ya terminados estos actos el gobernador Castello salió al balcón de la casa de Gobierno, enfrente de la plaza San Martín, saludó al público y reiteró sus convicciones. “Soy consciente de la responsabilidad que implica esta hora, afirmo que pondré todo mi empeño en el cumplimiento de mi trascendente cometido. Anhelo, como suprema compensación moral, que al término de mi mandato pueda decirse que fui digno del compromiso, que libre y categóricamente he contraído con el pueblo de mi provincia”.

Aquella declaración de principios se cumplió cabalmente. El gobierno de Edgardo Castello fue interrumpido, por un nuevo golpe militar, el 29 de marzo de 1962, cuando faltaban apenas 30 días para la entrega del mando a su sucesor. Durante esos casi cuatro años se desarrolló una formidable labor de planificación y ejecución en vías del desarrollo, sentando las bases para una provincia dinámica y pujante.

Por todo ello la fecha del primero de mayo de 1958 adquiere significación sobresaliente, en la historia de la provincia de Río Negro.




Breve reseña biográfica
Edgardo S.N. Castello nació en Viedma el 31 de diciembre de 1984, sus padres fueron Arturo Castello y Elvira Emma Contín. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional de La Plata en 1929. Se casó en Viedma con Amelia Entraigas y tuvo tres hijos, Edgardo, Susana y Arturo. La militancia política en las filas del radicalismo la comenzó muy joven, fue secretario de la convención nacional del partido, titular de la UCR de Río Negro y después de la separación entre UCRP y UCRI se encolumnó con Arturo Frondizi en esta última línea. En 1957 fue convencional constituyente nacional y el 24 de febrero de 1958 los rionegrinos lo eligieron Primer Gobernador Constitucional. Falleció en Buenos Aires el 14 de julio de 1964, sus restos descansan en Viedma.